Cuando hablamos de conciliación corresponsable en una organización, hablamos de reforzar una cultura basada en la corresponsabilidad que responde a las necesidades de tres ámbitos: la consideración de las necesidades de la organización, de la familia* y de la persona.
¿Para qué deberíamos ser corresponsables con nuestra organización? ¿Y cuál es la responsabilidad de la organización hacia las vidas?
Una organización se forma y se sustenta por su propio colectivo. En este sentido, para que la relación entre el colectivo y la organización sea sana, deberá basarse en la construcción permanente de relaciones interdependientes y en un intercambio equilibrado. Porque si nuestra organización no es sostenible, no podrá ofrecernos condiciones dignas para sostener vidas. Así, en la medida en que el colectivo forma parte de la organización, y en esa relación de interdependencia, es imprescindible y corresponsable hacerse cargo del bienestar de la persona que la integra. Y en este sentido, la posibilidad de una conciliación corresponsable será una de las condiciones de ese bienestar.
El valor de la cooperación pone a la organización y a las personas en el centro y concibe la conciliación corresponsable más allá de las necesidades de los modelos familiares convencionales.
Para ser una persona profesional, eficiente y equilibrada, junto con unas condiciones adecuadas para el cuidado de los demás, no se pueden obviar las actividades que nos son necesarias para el autocuidado.
Por ello, será responsabilidad de todo el equipo que integre el proyecto profesional responder colectivamente a las necesidades de cada una de las fases de la vida de cada persona, mientras respondamos de forma eficaz a los proyectos profesionales.
¿Tiene sentido seguir mirando al modelo de familia convencional? Familias o redes de apoyo que no generen desequilibrios interpersonales.
La división sexual del trabajo que tradicionalmente se ha realizado genera un desequilibrio en la implicación de hombres y mujeres con el ámbito profesional. El tiempo y la energía que requieren las tareas de cuidado tiene graves impactos en el desarrollo personal y profesional, el liderazgo, la salud y las oportunidades económicas de las mujeres. Por ello, la conciliación corresponsable debe basarse en la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres y de todas las personas.
Por tanto, nuestra propuesta es construir un marco de conciliación desde una actitud responsable y corresponsable, teniendo en cuenta los siguientes criterios:
- Incidir en la cultura no será suficiente con aprobar nuevas políticas y normas de conciliación corresponsable. Habrá que incidir en la opinión y visión colectiva del tema, es decir, realizar una labor pedagógica, cuidando el equilibrio entre la organización, los diferentes grupos y las necesidades de las personas.
- Proceso escalonado y sostenible. Es decir, se definirán los pasos a dar paso a paso en función de las prioridades y siempre teniendo en cuenta las necesidades y ritmos de sostenibilidad de las y los trabajadores y la organización.
- Elaboración previa a la implantación de medidas. A la hora de aprobar las nuevas medidas, y antes de permitir su uso por el colectivo, identificamos las posibilidades y riesgos que nos ofrece su uso y después garantizamos que conoce las condiciones, criterios y sentido de su uso.
- Seguimiento de la implementación de las medidas. Medir el impacto social, económico y de gestión de cada una de las nuevas medidas tanto en los procesos de personas como en la organización de la organización será importante para poder realizar los ajustes necesarios.
En definitiva, un marco de conciliación corresponsable que recoja las necesidades de los tres ámbitos (familia*, persona e institución) requiere de la aportación y responsabilidad de todos, tanto de la organización como del colectivo que la integra y de los agentes que la acompañamos, ya que el impacto social que provocamos en la sociedad se multiplica a través de la colaboración.
Familia*: conjunto de vínculos afectivos (emocionales y/o sociales) que tiene una persona y que requieren un compromiso voluntario de cuidado mutuo.