Garabide es una organización no gubernamental que ofrece un modelo innovador de colaboración, teniendo en cuenta las experiencias acumuladas en la revitalización del euskera y que pretende impulsar los procesos de revitalización de las lenguas minorizadas del mundo.
La colaboración entre EMUN y Garabide ha recorrido un camino de más de diez años. En él queremos destacar el hito que marcamos conjuntamente hace dos años con la experiencia emprendida en torno al plan lingüístico desarrollado con representantes de la cooperativa Tosepan junto con la comunidad nawat de México.
En este artículo nos referiremos al proceso que hemos emprendido para analizar la vida interna y organizativa de la asociación desde una perspectiva de género y la propuesta de líneas de trabajo que se ha diseñado para la transformación de la misma. Dicho proceso ha contado con la colaboración de la unidad de género de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo del Gobierno Vasco cuyo fin es, entre otros, facilitar este tipo de procesos en las organizaciones no gubernamentales vascas.
Para ello, se puso en marcha un proceso de recogida de datos cuantitativos y de escucha a la comunidad de Garabide, con el fin de completar un diagnóstico de igualdad que recogiera un análisis pormenorizado del grado de igualdad existente entre mujeres y hombres dentro de la asociación y su actividad. En este diagnóstico se han analizado situaciones, relaciones y procedimientos de los cuales de han identificado varios retos que completan el diseño de un Plan de Igualdad para transformar la organización interna de Garabide desde una perspectiva feminista.
Cabe destacar que este proceso ha sido muy especial, ya que en lugar de incorporar la perspectiva feminista en la fase de diagnóstico, se ha procurado que el proceso en su conjunto fuera de carácter feminista. Todo ello, se ha conseguido gracias al conocimiento y la experiencia aportada por Maialen Sobrino López, referente de género en Garabide. Desde el inicio del proceso hemos realizado una labor conjunta para tender puentes e incidir en la cultura asociativa, creando espacios de reflexión y ofreciendo recursos para facilitar dicho proceso:
- Se han impulsado reflexiones en torno a la organización del tiempo, la conciliación, la corresponsabilidad, la interseccionalidad y el estilo de liderazgo. Para trabajar sobre estos temas se han tenido en cuenta los 4 grupos que componen la comunidad de Garabide: socias y socios, voluntariado, equipo técnico y órganos que conforman el nivel estratégico. Asimismo, nos hemos servido de las propuestas de We Rise para profundizar en temas relacionados con el feminismo interseccional y el liderazgo feminista.
- Se ha trabajado sobre las posibles resistencias a un cambio cultural con una visión feminista en Garabide. Para ello, hemos utilizado el estudio «Análisis de las resistencias del género en las ONG de desarrollo» realizado por Lorena Pajares Sánchez. El objetivo, como estrategia de transformación, ha sido visibilizar las incoherencias de Garabide. Además, hemos utilizado varios fragmentos del libro «Kontrako Eztarritik» de Uxue Alberdi para identificar en Garabide los mecanismos que perpetúan la construcción patriarcal.
- Se ha reflexionado sobre el acoso por razón de sexo y acoso sexual y se ha compartido el impacto y las consecuencias de una sociedad machista en la vida y los cuerpos de las mujeres.
- Se han realizado entrevistas individuales anónimas. En ellas, hemos recogido la opinión de cada miembro sobre el proceso y hemos tratado la cultura de Garabide, los procedimientos de toma de decisiones y la influencia de la dimensión del poder en las mujeres de Garabide.
Con toda esta información hemos elaborado un informe de diagnóstico que ha identificado las brechas de género que se han identificado en el seno Garabide y partiendo de éstas comenzaremos ahora con el diseño del plan. El plan establece nuevos puntos de partida para el futuro, propone medidas para detectar y combatir las opresiones y permite dar nuevos pasos hacia un modelo de cooperación que ponga las vidas en el centro.
Para tender puentes de colaboración entre comunidades de hablantes y el resto de opresiones que interactúan dentro de los procesos de revitalización de las lenguas, es imprescindible atender también a la propia persona y a la comunidad. Porque es responsabilidad de estas personas e instituciones transformar lo interno para seguir influyendo en el exterior.